Un programa de subversión
Manifiesto de Espai en Blanc
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La obviedad del mundo satura cualquier pretensión de agujerear su realidad. Pero se trata de una obviedad tramposa: afirma que vivimos en la sociedad del conocimiento y en cambio no existen ideas; inventa modelizaciones virtuales y sin embargo no hay caminos para el pensar; anima a una comunicación permanente y no obstante la comunidad resulta impensable.
Espai en Blanc quiere precisamente poner en primer plano las ideas, el pensamiento y la comunidad. Porque sabe que tenemos necesidad de vivir y de creer en lo que nos hace vivir. No es tarea fácil. No quedan vías alternativas o heterodoxas y el recurso a la cultura como lugar de encuentro no tiene valor cuando borra de las relaciones su dimensión política, mientras prosigue el avance del Estado-guerra, pavoroso y brutal, sobre el centro de nuestras vidas.
Sólo desde una actitud vanguardista podemos hacer frente a esta realidad. No aludimos ya a una vanguardia revolucionaria, que abra y sostenga un horizonte definitivamente alejado. La única vanguardia que Espai en Blanc asume es la que aspira a desaparecer, la que sin salvar a nadie nos hace a todos un poco más valientes. Actitud vanguardista significa entonces la defensa de un pensamiento crítico y experimental, que, sin recurrir a un Afuera, clandestino en la superficie de la vida, logre romper esta realidad sin límites, atrapada en las prisiones de lo obvio. Romper la realidad para liberarla y liberarnos.
Espai en Blanc surge así como un dispositivo al servicio de una práctica crítica y experimental, destinado a quienes soportan, solos, este consenso opresivo; a quienes velan sin sosiego en la oscuridad de esta luz. Espai en Blanc no quiere cambiar el mundo; sólo quiere cambiar la vida.