El Logo de Espai en Blanc no nos interpela como una redundancia simple que dice y se muestra en lo que es. Bien al contrario, su estructura es paradójica:

• La frase “Espai en Blanc” dice lo que no es en relación al conjunto formado por dicha frase y el rectángulo. La imagen del rectángulo, a su vez, está ocupada por la frase “Espai en Blanc” por lo que también en relación al conjunto no es lo que es.

Pero en referencia al Todo (frase e imagen) cada uno de los elementos se recupera ya que va más allá de sí mismo:

• La frase “Espai en Blanc” se niega para afirmarse como: Espai en Blanc.
• La imagen del rectángulo se niega para mostrarse como un rectángulo vacío.

La frase “Espai en Blanc” y la imagen del rectángulo son diferentes pero son, finalmente, lo mismo. Gracias a la paradoja de la estructura del Logo llegamos a una tautología que esconde un movimiento interno:

Espai en Blanc dice lo que dice porque remite a la imagen del rectángulo vacío. La imagen vacía del rectángulo se muestra como tal porque remite a Espai en Blanc.

Ahora bien. Si coinciden y son lo mismo porque en su diferencia se remiten mutuamente, necesariamente deben tener un comienzo común. Un comienzo en el que aún no se ha producido la escisión entre frase e imagen. Un comienzo en el que no se distingue entre leer y mirar. Un comienzo a partir del cual todo se originaría mediante posteriores desdoblamientos. Descifrar este comienzo sería empezar a entender qué quiere decir Espai en Blanc o qué representa la imagen del rectángulo vacía.

Entonces: ¿Qué es Espai en Blanc? O lo que es igual: ¿qué hay en el comienzo?

En el comienzo existe un acuerdo que no es el del diálogo o del consenso. Es una unión sin unidad, un acuerdo entre fuerzas admitidas como tales fuerzas. En el comienzo no hay el vacío de una ausencia. No se trata de un espacio teológico. El comienzo es un vaciamiento activo que tiene que permitir espacializar al querer vivir.

¿Qué es, en definitiva, Espai en Blanc?

Un comienzo, tan solo un comienzo. Un comienzo que se confunde con un gesto abierto. Gesto abierto por el cual se empieza colectivamente a pensar. Gesto abierto por el cual se abole toda forma de la representación. Gesto abierto por el cual se empieza a agujerear la obviedad de la realidad.