Contenido →

15.04.2011

RIZOMAS
espacios liberados

OVNI 2009 rizomas quiere poner en evidencia los contactos subterráneos y rizomáticos que comunican mundos y experiencias muy diversas. La imagen recordada1 es la del rizoma o rizomas, tanto da, puesto que no le afecta el singular o el plural, es ambos a la vez.

«Lemas, consejos: seguid a las plantas.»2 En un mundo de cemento y asfalto, vemos plantas de diferentes especies habitar las grietas en los lugares más inverosímiles, recoger la lluvia y encontrar la tierra allí donde se la ha hecho desaparecer. En otras ocasiones son esas mismas plantas o las raíces de los árboles las que crean esas grietas y levantan el asfalto. Hemos visto también a los vegetales recubrir completamente edificios, abrir y destrozar muros; pero también les hemos visto sostener ruinas de antiguos saberes, ancianos templos en la selva, en una alianza extraña que parece perfeccionarlos. Como cuando la cobra vio al Buda meditar y decidió no picarle, sino cubrirle y resguardarle de la lluvia. Imagen que renueva tal vez un pacto olvidado: despertar la continuidad sin fractura entre la naturaleza y el hombre, entre la naturaleza y el conocimiento; un continuo que sobrevuela las palabras para recordarnos la esencial unidad y la manifiesta multiplicidad de todas las cosas.

Son también las plantas las que nos muestran sistemas diversos. Junto a la organización centralizada y jerárquica de las raíces de los árboles, raicillas de arbustos y matorrales, el rizoma de ciertas especies (el césped, la caña, el jengibre, manglares…) crea «un sistema sin centro, no jerárquico y no significante, sin General, sin memoria organizadora o automatismo central, definido únicamente por la circulación de estados».3

Proyectamos videos como visiones que relatan y entrecruzan esos estados y realidades, formando rizoma no sólo en el espacio sino también en el tiempo, ya que los dos primeros principios del rizoma son: la conectividad y la hetereogeneidad. Cualquiera de sus puntos puede ser conectado con cualquier otro. Eso no sucede con el árbol y la raíz, que siempre fijan un punto, un orden. Así, el «all the power to the people» de los Black Panthers resuena como un eco, violentamente ahogado, en la posibilidad de las comunidades de inmigrantes, en los «banlieues» del mundo. Las protestas contra la guerra del Vietnam y las derivas clandestinas que de ella nacieron lanzan líneas que fracturan el silencio triste, si no cómplice, sobre la ocupación de Palestina, Irak, Afganistán… o sobre las guerras «subcontratadas» por las grandes corporaciones en África.4

El indígena forma rizoma con la tierra, las plantas, los animales, los saberes que emanan de sus condiciones de supervivencia y celebración, con las vigilias y los sueños. Para él esa multiplicidad es un sustantivo, no una acumulación: otro de los principios del rizoma. Sabe que la agresión a una de sus realidades es el preludio indisociable de otras violencias; por eso teje tramas de comunidad, de continuidad. Por eso un indio yaqui nos cuenta que aquellos que cometieron genocidio sobre su pueblo fueron los mismos que exterminaron a los animales salvajes y domesticaron a otros, los que encerraron a los supervivientes de su pueblo en reservas. O esos indígenas del Perú, que sueñan otras escuelas: su despertar las crea con urgencia, pues han visto como la enseñanza oficial forma a sus hijos como enemigos de su propia tradición, de su propio entorno. Nos advierten: no son puntos aislados en la exterioridad de lo «otro», sino líneas de alerta para nosotros mismos.5

En Europa, esta alerta procedió de un barrio: Exarquia, Atenas. Fue la muerte de Alexis de 15 años de edad, por un disparo de la policía, lo que provocó una toma de conciencia y de espacios, la difusión de comunicados. A través de ellos los adolescentes denunciaron con tristeza la sumisión de muchos de sus padres, el conformismo inculcado en las otras escuelas del consumo y la producción; la imposibilidad de pensar con ellos otra existencia:

Queremos un mundo mejor. Ayudadnos.
No somos ni «terroristas», ni «encapuchados», ni «conocidos-desconocidos».
Estos conocidos, desconocidos…
Tenemos ilusión, no matéis nuestra ilusión.
Tenemos ímpetu, no paréis nuestro ímpetu.
Acordaos de que una vez fuisteis jóvenes también.
Ahora corréis tras el dinero, sólo os importa vuestra «apariencia», vuestro «escaparate».
Engordasteis, os habéis vuelto calvos. Olvidaréis.
Esperábamos que nos defendieseis.
Esperábamos que os interesaseis.
Que por una vez nos hicieseis sentirnos orgullosos.
En vano.
Vivís falsas vidas, habéis agachado la cabeza.
Os habéis bajado los pantalones y esperáis la muerte.
No tenéis imaginación.
No os enamoráis.
No sois creativos.
Sólo compráis y vendéis.
Materia por todas partes.
Amor en ninguna.
Verdad en ninguna.6

Raíces oscuras, cárceles delante de fábricas, mapas e imaginarios en los que no existimos como vida, barrios destruidos, inmigrantes de tercera generación –¿para siempre inmigrantes?–, hospitales bombardeados, cientos de aves muertas junto a un lago, rizomas cortados.

Pero a diferencia de los cortes que logran aislar a otras estructuras, el rizoma puede ser roto e interrumpido en cualquier parte. Se puede romper o interrumpir una rizoma sin causar ningún daño,7 porque el rizoma mismo está compuesto de rupturas; puede seguir funcionando o incluso prosperar a pesar de «rupturas». Nacen así otros mapas nómadas, inspirados en los gatos errantes, en las zonas de inutilidad de las ciudades: allí donde los solares abandonados dan espacio a comunidades de gatos y espacio de ensoñación a la gente que los alimenta, humanos miembros adoptivos de tribus felinas; en los microdesiertos, selvas, ruinas urbanas. Allí donde las okupaciones de edificios abandonados se hibridan, se entretejen con otras memorias lejanas, despreciadas por la especulación. Espacios liberados, que vuelven a la vida, que fracturan la Totalidad.8

¿Qué es la Totalidad? Es la gran cantidad de toxinas y substancias químicas que se acumulan en tus células grasas. Es el ir de compras cuando estás deprimido. Es tu sentarte delante de la televisión o el ordenador en un día bello. Es el sentir que estás anhelando algo. Es la jaqueca que no se irá. Es la hemorragia en tus intestinos causada por años de consumo de analgésicos y calmantes. Las drogas que has tomado por necesidad de escapar. El bulldozer que destruyó los bosques que podías haber conocido. La mole del rascacielos que te hace sentir siempre débil y sin poder alguno. Es tu cárcel; a veces con rejas, otras sin ellas. Tus miedos. Es aquello que te ha catalogado. Es el dolor en tu espalda. Tu adrenalina. Las lágrimas que recorren tu cara después de una película triste. Tu deseo de un romance feliz. Las especies que se extinguen. El mundo que se muere. El aire polucionado. El granjero que se envenena con aquellos pesticidas que le prometían una vida mejor. Es el sentimiento de superioridad que impulsa a destruir todo lo otro.9

Una Totalidad siempre lanzada a la conquista de lo otro. Y como resultado, una sociedad basada en la competencia, en la mercantilización y la expansión global, una sociedad que no contempla otra lógica que la del crecimiento.10 Una sociedad formada por masas de individuos solitarios.

El pensamiento dominante se reconoce en esa forma de poder abocado a lo externo. Pero esta exterioridad no significa que se ejerza únicamente en las formas y en las superficies, sino que motiva y fuerza a que todo interior –anónimo, oculto, insignificante– fluya hacia la superficie, se reduzca a ella, se muestre, se publicite y sea al cabo sólo esa exterioridad. Solamente así es posible establecer su completa cartografía, agrupar y producir sus identidades… adjudicarle sus expertos y destinarle sus mercancías. Ese poder abocado al exterior lleva forzosamente a la dominación y al sometimiento de lo otro, sean seres, territorios o conocimientos; pero también a su permanente producción a través de la exhibición de imágenes y actitudes, constante creación de escenarios políticos, sexuales, personales, escenarios incluso de la exclusión… que por la fuerza del espectáculo devienen realidades ficticias (no por ello menos reales) destinadas a administrar los placeres y los miedos, dictar lo visible y lo invisible, decretar lo que es y lo que no. Así, lo que queda afuera o no existe o pronto dejará de existir, sean seres, paisajes o conocimientos.

El poder invita a vivir y morir por él, tanto en el esfuerzo de conservarlo, como en el de alcanzarlo o tomarlo. Pero se olvida que el poder no se ocupa; por definición no es pasivo sino activo: él es el que posee. Los poseídos viven el espejismo de detentar o luchar por un poder, cuando en realidad están siendo consumidos por él.

Existen otras naturalezas del poder ajenas al dominio: poderes horizontales, que ocurren fuera de la cartografía habitual del poder, poderes que emanan de la contemplación, del conocimiento, del cuidado y la atención a los demás, de lo comunitario, de lo que es considerado humilde e insignificante, de lo anónimo: «La frugalidad y la austeridad son anónimas; lo que es anónimo se considera humilde e insignificante. La abundancia es famosa; lo que es famoso es honrado y favorecido. La pobreza es anónima; lo anónimo es despreciado y considerado vergonzoso. Lo masculino es famoso; lo famoso es distinguido. Lo femenino es anónimo; lo que es anónimo es ocultado. La carencia es anónima; a lo que es anónimo se le otorga una humilde condición. Pero lo que no tiene nombre es la madre de todo lo que tiene nombre.»11

Un giro copernicano en los valores: reconocer y alcanzar la libertad de lo que no se muestra, de lo que no se reduce a lo exterior, a las formas y los nombres. Reconocer en la carencia, en el estado de necesidad, nuestra verdadera condición en tanto que seres separados. Valorar lo femenino como lo primero. Amar lo austero. Adoptar lo anónimo. Quizás ahí habite un poder otro; un poder que sepa de la dominación como debilidad, de la riqueza como pobreza y de la gloria como humillación de lo que verdaderamente nos importa.

Frente al recrudecimiento de las identidades que fragmentan el mapa del mundo global y frente al estricto proceso de identificación y de privatización que sufrimos hoy como individuos, ser anónimo puede ser una puerta abierta a la libertad. (…) Aprender el anonimato puede ser, en muchas ocasiones, una nueva vía de resistencia colectiva.12

Michel Foucault,13 para escándalo de muchos, trazaba un parentesco siniestro entre los antiguos mecanismos de confesión y la moderna libertad de expresión; en el marco de un poder que mutaba del no al sí, de la represión a la motivación. Un poder que desea conocernos detalladamente para ejercerse, para publicitarnos y, en última instancia, para producirnos. Pero venimos de una cultura, una cultura de la resistencia incluso, en la que se sobrevalora la expresión, la exteriorización, la exhibición, en la que se lucha por ese espacio, por ese afuera, por esa etiqueta. Nos cuesta entender que esto no sea prioritario para otros, o que incluso renuncien a ello. De hecho, llegamos a exigir a esos «otros» que apliquen esa misma «liberación», que se hagan visibles. Nos cuesta entender a otras culturas y experiencias que se mueven en líneas opuestas o tangenciales, en las que el espacio interior es considerado núcleo, único espacio real, sin dualidad, sin corte hacia afuera, sin afuera, sin «otros». ¿Exteriorizar la libertad o interiorizarla? Si no hay un esfuerzo de liberación interior de los mecanismos de poder y de los microfascismos que nos habitan, cualquier exteriorización comportará tristemente su efectiva reproducción social. Un espacio interiormente liberado emana sin corte, un arroyo mana de la montaña, ya no exhibe, ya no muestra, es un continuo de diferencias y reflejos, un rizoma líquido. En él, afortunadamente, ya no hay espacio ni corte para la representación y los representantes.

Ramana Maharashi14 comentaba que la voluntad de alcanzar la liberación es en sí un obstáculo, ya que renuncia al aquí y al ahora y posterga esa realidad a un futuro no presente; y es también un esfuerzo en vano, puesto que la libertad es de hecho nuestra verdadera naturaleza. Se trataría más bien de despojarnos y no de partir hacia nuevas conquistas y descubrimientos… El verdadero obstáculo está en identificarnos con lo que no somos: con lo que deseamos ser o con lo que nos han impedido u obligado a ser. A partir de ahí se construye un mundo que nos encierra, en categorías, en géneros, en clases, en razas, en edades, en grupos de preferencias… targets perfectos del telemarketing y del control político… De ahí la triste letanía de nacionalidades, etiquetas sexuales, sociales, etc. con las que nos identificamos o nos identifican; tanto da, tarde o temprano entran en colisión entre ellas o con nosotros mismos. Y allí estaríamos, presos en la trampa de una realidad pequeña y separada, exiliados de la verdad, entendida no como un horizonte estrecho sino como ausencia de límites.15


1. Gilles Deleuze; Félix Guattari. Mil mesetas. Capitalismo y esquizofrenia. Valencia: Ed. Pretextos, 2008.
2. Ídem.
3. Ídem.
4. Imágenes que hacen referencia a los siguientes videos incluidos en OVNI 2009 rizomas: — Black Panthers Newsreels: Off the Pigs. R. Lacatica, R. Machover, P. Shinoff. EE.UU., 1960. — La Raison du Plus Fort. Patric Jean. Francia, 2003. – The Weather Underground. Sam Green, Bill Siegel. EE.UU., 2007. — Kabul Transit. David Edwards. EE.UU., 2006. – Occupation 101. Sufyan Omeish, Abdal.lah Omeish. Palestina, 2008.
5. Imágenes que hacen referencia a los siguientes videos incluidos en OVNI 2009 rizomas: — Rod Coronado: A Voice for Liberation. Mark Karbusicky. EE.UU., 2000. — Iskay Yachay: Los dos saberes. Rodrigo Otero et al. Perú, 2005. 6. Comunicado de los estudiantes encerrados en la escuela politécnica. En el video: The Potenciality of Storming Heaven. Grecia, 2009.
7. Ídem nota 1.
8. Imágenes que hacen referencia a los siguientes videos incluidos en OVNI 2009 rizomas: — Chats Errants. Zone Temporaire du Inutilité. Yael André. Bélgica, 2007. — Necessaire(s) Territoire(s). Benoit Perraud. Francia, 2006. — Existir es resistir. Matias Lecocq. Venezuela, 2008. — Under Construction. Zhenchen Liu. China, 2007.
9. Fragmentos de: Kevin Tucker. What is the Totality? Enviado por John Zerzan.
10. Tema de la intervención, en OVNI 2009 rizomas, del colectivo sobre decrecimiento.
11. Went-Tzu. La comprensión de los misterios del Tao. Lao Tse. Madrid: Edaf, 1995. La negrita es nuestra.
12. Revista de Espai en blanc, núm. 5-6: La Fuerza del Anonimato. Barcelona, 2009.
13. En varios textos. Especialmente en: Michel Foucault. La Voluntad del Saber. Madrid: Ed. SXXI, 2006.
14. Ramana Maharshi. Sé lo que eres. Palma de Mallorca: Olañeta, 2005. Dennins J. Harter. The Sage of Arunachala. The Kife and Times of sri Ramana Maharshi. India, 1992.
15. George Bataille. The Cruel Practice of Art. Obras Completas, 1949. Aquí el misticismo ateológico de Bataille coincide con la noción islámica de El Haqq, la verdad, la realidad.