2. ¿Por qué “espai en blanc”?
Porque un encuentro como el que se propone es un agujero en la piel del mundo, una brecha que interrumpe el zumbido de la comunicación, una tierra de nadie en el mapa de los discursos culturales de la metrópoli. Espacio, porque no lo mueve la promesa de un futuro mejor, sino la pasión por conquistar lugares comunes en los que se pueda vivir de otra manera… en blanco, porque está dispuesto a hacerlo sin referencias preestablecidas, sabiendo que la experiencia no se acumula y que el pasado no funciona hoy como fuerza de transmisión y de transformación. No tenemos cuerpos virginales – eso está claro – la memoria se inscribe en ellos, a golpes y a fragmentos: heridas, placeres, temores, contactos… que no componen ninguna narración. Hoy el texto no narra; se compone en forma de código: 1110001010111 y así hasta el infinito. Cadenas inacabables de unos y de ceros escriben nuestras relaciones laborales, nuestras relaciones afectivas, nuestras relaciones con las múltiples caras de la realidad y sus arquitecturas. Dibujan esa política de la relación en la que somos sujetos de tantas sujeciones a la vez, al mismo tiempo que perfilan los contornos de esos espacios en los que debemos escribir la recuperación de nuestra inteligencia, de nuestros afectos, de nuestro querer vivir. Para ser libres hoy no necesitamos “romper las cadenas”, sino acertar a situar en ellas los espacios en blanco de tal manera que su sentido resulte subvertido. Cambiar los ceros de sitio para abrir poros allí donde queremos respirar.